Y despues de caminar 2 kilometros por el sendero, nos acercamos a la garganta del diablo.
El gran ruido del agua que se escuchaba desde mucho antes ahora es mas imponente.
La emoción se empieza a sentir.
mmm, mejor sin la mano.
Así esta mejor.
Y a sentir la humedad de las nubes de agua que aquí se forman.
Mía muy feliz, y nada nerviosa lo que la expone Gissel.
Pepita también.
Gissel en medio del arco de 180 metros que conforma esta parte de las cataratas.
Gissel y yo.
Con la bandera de Argentina.
Sentir los 80 metros que cae el agua, y ver este espectacular paisaje en medio de los arcoiris, es algo único.
Además hay show incluido, el que hacen unos pajaritos llamados vencejos que sincrónicamente vuelan por todos lados.
Por algo esta para ser una de las 7 maravillas del mundo natural.
Lastima que quedo borrosa.
Y pues también. es difícil lograr una buena foto, pues son muchos los turistas que no nos movemos del borde.
Existe una leyenda de estas cataratas, en donde todos los años sacrificaban una muchacha en el río para una gran culebra, un año sacrificarían a una muchacha pero su novio la rescato en su canoa, la culebra se puso de malgenio y creo las cataratas, convirtiéndolos en árboles al lado de las cataratas y escondiendose en la garganta del diablo, supuestamente la culebra se encarga de separar a los novios, pero cuando hace mucho sol, un arcoiris los vuelve a unir.
Y de regreso al tren para continuar con el paseo del parque.
Ultima foto de cerca con la Garganta del Diablo.
Gissel Peña.
Y que tal esta panoramica !!
